todo el mundo me observa...

todo el mundo me observa...
pero en realidad yo observo a todo el mundo!!!

viernes, 23 de julio de 2010

El Mago De La Cara De Vidrio.

Tal vez Eduardo Liendo, Autor de la obra: El Mago de la Cara de Vidrio, no tenía idea de cuán acertada sería su novela en años posteriores a su publicación; vale visitar la casa de cualquier familia en Venezuela, y tal vez en el resto del mundo, donde el mago de la cara de vidrio coexiste con sus habitantes, la computadora, el teléfono móvil o algún otro artilugio electrónico del cual el hombre es victima y se deja doblegar ante su existencia.

Magos, duendes y brujas de cara de vidrio están hechizando con mayor impacto a familias del mundo, distorsionando sociedades y reformando valores tradicionales transformando el ser por el tener, dando resultado al mayor conjuro de este jauría de superfluos, el consumismo que no es más sino el desmoronamiento de las necesidades ante los deseos; tal cual un encantamiento que ofrece status social momentáneo porque al aparecer otra creación del mal, será anhelada por la multitud.

El boom informático, re potenció e incluso transformo al mago, ahora hasta extensiones o extremidades posee; algo como del más allá, algunos las llaman periféricos yo los considero tentáculos del mal, porque incrementan el nivel de deseo por objetos que fortalecen el poder de “miss computadora” quien en su falso discurso , dice conectar al mundo bajo un clic, idiotizando a muchos transformándolos en miles de Ceferinos o cientos de Carlitos Rodríguez, quienes pueden ser el antecedente perfecto de lo que sucedió y sucede en nuestra vida carnal.

Muchos aseguran que los medios no controlan, los medios solo son canales que se usan para transmitir mensajes creados por el hombre; entonces ¿Hay qué culpar al aparato, al artilugio, al resultado de la ciencia y la tecnología? Algunos estamos cansados de tanta estupidez a tanta mediocridad mental, lamentablemente no soy quién para juzgar, soy de los que piensa que la culpa no existe y se dejó sucumbir por duendes, hadas, magos y demás adjetivos que hacen referencia a celulares, televisores o radios quienes sin pausa, pero sin prisa han convertido a la sociedad en lo que es.