todo el mundo me observa...

todo el mundo me observa...
pero en realidad yo observo a todo el mundo!!!

sábado, 17 de agosto de 2013

El encanto de la fotografía Surrealista

La fotografía enamora. Una imagen capta nuestra atención y evoca en nuestra mente los recuerdos más insólitos que muchas veces pensamos que habíamos olvidado; el encanto que el componer imágenes produce, adormece nuestras preocupaciones al momento de hacer click con el disparador, es un instante de gran intimidad entre el fotógrafo y el encuadre.


Son muchas las corrientes artísticas las que se han dejado seducir con la fotografía, el surrealismo es una de ella, pero ¿Tiene la fotografía alguna importancia dentro del movimiento surrealista? Es tiempo de investigar un poco y dejar de ser un simple adorador del extraño –pero fascinante- universo que el surrealismo permite.

Para nadie es un secreto que la fotografía tiene un lugar esencial en nuestra visión actual del movimiento surrealista, basta con colocar “Surrealism” en el buscador de Pinterest y toparse con hermosas creaciones contemporáneas inspiradas por esa tendencia. No cabe dudas, el mundo de las imágenes en la era 2.0 ha sido uno de los soportes más privilegiados de la creación surrealista.

Pero la historia relata que no siempre fue así, tomando como base en el movimiento surrealista, la fotografía comienza a jugar un papel diferente al que jugaba en el siglo XIX conjuntamente con la pintura, de hecho Los 12 números del impreso “LA RÉVOLUTION SURRÉALISTE” –publicados el 1 de diciembre de 1924, bajo la dirección de Pierre Naville y Benjamín Peret y la supervisión de André Breton– constatan que las 444 páginas que totalizan la revista comprenden 208 ilustraciones de las cuales, 48 son fotografías que representan el 23% de estas ilustraciones.

De igual manera se evidenciaba con las portadas de algunos libros con tendencia surrealista, las primeras graficas con tendencia surrealista eran catalogadas de “muertas y desilusionantes” sin embargo esa realidad cambió con el tiempo dando paso al recurso fotográfico “anónimo” en el cual, la fuente es, en general, misteriosa. Es un signo de la actitud de los surrealistas de cara a la fotografía, ya que queda huella de una profunda ambigüedad.

El anonimato en la fotografía de aquella época representó una de las tantas acciones radicales de André Breton. Algunos autores indican que: “La fotografía “anónima” aparece así, como un objeto perturbado, experimenta cierta energía poética que uno puede encontrar en alguna parte en estado latente, en la fotografía se ve, de manera experimental, el “funcionamiento” real del pensamiento, la fotografía tiene la facultad, –fuera de toda preocupación estética o moral– de hacer brotar la poesía”.

El Surrealismo, tal como lo define Breton:  “es como un “automatismo psíquico” por el cual, uno se propone experimentar […] el funcionamiento real del pensamiento […] en la ausencia de todo control ejercido por la razón y fuera de toda preocupación estética o moral” de tal forma que, el surrealismo lo concebía como una “fábrica mental” que desarrollaba sus productos a partir de planteamientos sociales, artísticos o literarios. Un planteamiento muy cercano a la realidad pues, el arte no es más que una tontería –palabras más, palabras menos de Breton- el arte busca la producción de objetos bellos incluyendo a la pintura moderna o la fotografía, donde se ha de considerar diferentes elementos y técnicas, bajo la premura de causar el más alto placer de los ojos.

Así como algunos se auto-proclamaron surrealistas, existen otros –como Brassaï- quienes indican que sus fotografías están por “equivocación” situadas dentro del surrealismo. La asimilación de esto último, en efecto, es un malentendido, las fotografías de Brassaï son surrealistas porque ellas revelan un Paris fantasmal, irreal, ahogado en la noche y la niebla, el surrealismo de sus imágenes no son más que otra cosa que la realidad rendida a lo fantástico de la visión.


En este largo camino que estoy empezando a recorrer, he aprendido que la fotografía no es solamente un lugar de acercamientos insólitos o asociaciones inhabituales, sino también de manipulaciones que engendran un gran hallazgo que modifica la identidad de las cosas y poetiza lo real. Así, en el resultado de estos juegos de azar, se llega a desarrollar un proceso metódico y paciente que dan vida a imágenes fantásticas que muestran al universo nuestro sentir, e incluso nuestro pensar. Sin embargo, a pesar de que en sus inicios, la fotografía surrealista se dejaba llevar  por la suerte de sus realizadores –tal es el caso de Man Ray- nunca dejó de utilizar todos los recursos del oficio para alejarse de su trivial realidad.

sábado, 10 de agosto de 2013

Mi nueva pasión

Cada vez son más las empresas que reconocen el poder de generar comunidad en las redes sociales a fin de ganar un mayor número de seguidores a su marca, sin embargo ¿Quién se encargaría de tan apasionante labor? la respuesta es sencilla, el Community Manager, un personaje anónimo que posee una numerosa lista de labores.

Crear, analizar, entender y direccionar la información producida para las RR.SS, monitorear acciones que se ejecutan, establecer estrategias de comunicación considerando la vida digital que gana cada vez más terreno en el entorno de las personas, entre otras muchas, son las funciones del Community Manager. 

Es importante mencionar que en la mente de este profesional de la vida 2.0, debe permanecer el concepto de interacción con el cliente, que lejos de silenciar, censurar o ignorar a sus usuarios, debe ser honesta, única y abierta a todas las posibilidades, generando la mayor cantidad de fidelización con la marca. 

Son un elemento indispensable en las estrategias de marketing y comunicación en las empresas, contemplándolas como soportes nuevos de conversación y participación de las personas por medio de los nuevos canales y herramientas que se basan en el conocimiento y la confianza a través del intercambio de información que -en la mayoría de los casos- resulta vital para las empresas.

De igual manera la exposición y el debate alrededor de nuevas ideas basadas en la comunicación cercana con los clientes generales y/o potenciales, generando así un desarrollo empresarial notable que mejora la competitividad.


Disfruten, @ziniestr0

viernes, 9 de agosto de 2013

Inteligencia Emocional

Son cinco los sentidos que muchos manejamos y conocemos: vista, olfato, oído, tacto y gusto. Gracias a ellos construimos nuestros predicados verbales dejando en claro cuál es nuestro canal comunicativo, sin embargo la disyuntiva aparece cuando no reconocemos el canal de quienes nos rodean y entramos en conflicto.

  • “Mírame cuando te estoy hablando” una persona visual.
  • “Te estoy hablando y tú no me escuchas” una persona auditiva.
  • “Ese aroma me recuerda mi infancia” una persona olfativa.
  • “Me trajo unas flores que me supieron así como a sabroso” una persona gustativa.
  • “Tú siempre me dices te quiero, pero yo no lo siento así” (tal vez) una persona quinestésica.

Para desarrollar nuestra inteligencia emocional tenemos que descubrir cuál es el canal de quienes nos rodean para que nuestra comunicación sea fluida, si nos vemos rodeados por personas que manejan un canal auditivo –por ejemplo- entonces debemos desarrollar nuestra audición aunque seamos visuales, porque de lo contrario la comunicación nunca va a funcionar. De igual manera, quienes nos rodean deben aprender a identificar nuestro canal de comunicación para garantizar el desenvolvimiento de un buen entender.

La inteligencia emocional es un trabajo en equipo, donde todos debemos descubrir el canal comunicacional del otro para garantizar el éxito. Esto demuestra la capacidad del ser humano para trabajar en grupo, también indica que somos seres complementarios. Cuando entendemos que el trabajo en equipo es importante, como si se tratara de armar un rompecabezas, estamos desarrollando nuestra inteligencia emocional.


Otro atributo que nos ofrece el desarrollo de nuestra inteligencia emocional, radica en que nos enseña a actuar ante determinada instrucción. Quien la desarrolla siempre se maneja en base al bienestar propio y de su entorno.