todo el mundo me observa...

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pero en realidad yo observo a todo el mundo!!!

miércoles, 17 de septiembre de 2014

El salto de lo analógico a lo digital


 Nelson Hernández | @Nelsonhfoto

Atesoramos el pasado para avanzar hacia el futuro, y en el mundo de la fotografía esto también se aplica. Para los más jóvenes fotografiar significa extender su brazo con el equipo móvil en mano para lograr una “selfie” que luego será compartida en redes sociales o avatares de aplicaciones; pero para quienes disfrutan verdaderamente del “dibujar con luz”, la fotografía analógica nunca pasará de moda, pues ella encierra un cúmulo de conocimientos irremplazables que se mantienen vigentes pese a los avances tecnológicos.
Reflexionar sobre la fotografía analógica y su versión actual, la digital, es dar un salto al pasado, a los experimentos con ciertos compuestos de plata -particularmente el nitrato y el cloruro de plata- realizados por los científicos británicos Thomas Wedgwood y Humphry Davy a finales del siglo XVIII para obtener imágenes fotográficas que con el paso del tiempo se fueron perfeccionando.

Al pensar en la evolución de la fotografía, sobre todo en sus posibilidades y cómo conviven hoy en día estos dos tipos de fotografía -que para muchos resultan diferentes- es hacer referencia a la esencia de ambas, que resulta ser la misma: capturar la realidad; algo que el hombre ha estado buscando desde el principio de los tiempos. Antes se hizo con pintura, después con una cámara oscura, luego con diferentes soportes basados en procedimientos químicos, hasta que se estandarizó la película fotográfica (en sus diferentes formatos). A pesar de lo alcanzado, el reto continuaba y se volvía mayor; ahora la meta del nuevo siglo sería dejar de capturar la luz en un soporte plástico impregnado de material fotosensible y empezar a hacerlo transformando la información que contiene un haz de luz en códigos binarios. El cambio se logró y revolucionó el mundo de los fotógrafos: las imágenes no necesitaban del proceso húmedo del revelado y se obtenían casi instantáneamente; el tiempo y los gastos se redujeron, lo que -sin duda alguna- significó una mejoría en esta vertiginosa vida moderna.

La fotografía digital ha avanzado mucho desde sus inicios, la investigación en la nanotecnología ha permitido que podamos disfrutar de equipos cada vez más modernos, más estables, con más opciones de menú para poder hacer fotos muy cercanas a la perfección sin mucho esfuerzo; sin embargo, aún existen fotógrafos que se rehúsan a los nuevos tiempos de las imágenes por cuanto consideran que lo digital resta técnica a la práctica.

Una razón para nada alejada de la realidad, pues en todo este revuelo por adquirir los equipos de última generación, los fanáticos de las exposiciones al alcance de un clic se han olvidado de algo básico y esencial como es el proceso creativo que hay detrás de una fotografía. Pensar qué vamos a fotografiar, por qué, la intención de la imagen y otros detalles que eran indispensables en la fotografía analógica (aunque no ha desaparecido del todo, la fotografía analógica se ha reducido considerablemente).

Pero no todo está perdido, los cuartos oscuros han cambiado por programas de computadoras que garantizan moldear un trabajo de manera más sencilla si se conoce la técnica, las películas que limitaban al fotógrafo a solo 36 exposiciones, están siendo reemplazadas por memorias digitales con amplia capacidad para almacenar imágenes; incluso el famoso 400 ASA se ha incrementado con la invención del ISO a números mayores de los 3000, permitiendo el manejo –al gusto- de la sensibilidad lumínica.

Diferencias:


Digital
Analógica
No precisa un laboratorio fotográfico para ver las fotografías.
Permite la estandarización del formato a través del conocimiento del equipo.
Mayor posibilidad de almacenamiento.
Se pueden ampliar las imágenes con gran calidad en los resultados.
Reducción de costos.
La inversión inicial en equipos es menor.
Mayores filtros y funciones.
Se cuida al detalle la producción de cada exposición.