01:20 min de la madrugada del Viernes 31 de Agosto,
Venezuela estrena una nueva Miss Venezuela y yo, sin embargo, me dispongo a
conocer más sobre un tema que ha captado mi atención, la terrible muerte de 80
indígenas venezolanos. Poco se conoce sobre este caso en particular, de hecho
ya se encuentra ante la fiscalía una denuncia formal, obligando al Ministerio
Público a la designación de una comisión que investigue el caso.
La situación actual de los pueblos indígenas es delicada,
en muchos de los casos es idéntica a la que vivieron poco después de la
conquista europea – en el caso de las etnias latinoamericanas- evidenciando un decremento paulatino, pero
constante entre los números de sus integrantes, demostrando que los nativos
originarios de nuestro país enfrentan los peores niveles de pobreza y viven al
margen de los procesos de toma de decisiones que determinan el rumbo del
desarrollo de cada uno de los países en los que ellos forman parte.
Cabe destacar en esta oportunidad que, desde la década de
los 80´s con la reconocida “Revolución Industrial”, hemos presenciado –en carne
viva- cómo el desarrollo de un posible avance tecnológico o económico que
genera riqueza, no siempre se traduce en un incremento del bienestar de la
sociedad. Es la incongruencia con la que a diario deben encarar aquellos países
de América Latina pero especialmente son sus pueblos indígenas los que en la
mayoría de los casos sufren las consecuencias quedando marginados entre los
marginados.
Por otra parte, tenemos al ejemplo más claro de la degradación
del hombre por el hombre, el que nos ofrecen los garimpeiros que
no son más que simples obreros mineros que viven en condiciones infrahumanas, y
arriesgan su vida usando máquinas o sustancias altamente dañinas para el ambiente y la salud –para lograr
sobrevivir- muchas veces, tras ellos se encuentran las grandes empresas trasnacionales esperando a que éstos
consigan la gran veta, para así poder aparecer después de comprar acciones en
concesiones mineras de dudosa legalidad (gran parte adjudicadas en áreas protegidas).
Lamentablemente, el
resultado entre el encuentro de dos modelos de vida –altamente en contraposición-
es negativo, algunos de los acontecimientos más resaltantes entre estos choques
está el genocidio de registrado en Haximú -1993- que logró llamar la
atención de la opinión pública internacional. En 2009, se denunció la muerte de
varios Yanomami de la comunidad de Momoi, por supuesta intoxicación aguda de
mercurio presente en el agua proveniente de la actividad garimpeira; al año
siguiente, en la comunidad de Hokomawe, se denunciaron las agresiones de
mineros a los miembros de este grupo de Yanomami.
Todas estas realidades nos llevan a generar un mayor énfasis
ante la necesidad de la vigencia plena de los derechos fundamentales de los
pueblos indígenas de nuestra región; pero todo esto no será más que un noble
propósito si no se involucra en ello a la sociedad en su conjunto, es preciso
replantear las estrategias gubernamentales, a fin de que se coordinen
actividades a fin de resolver las problemáticas de las diferentes etnias y así
garantizarles el derecho a una vida plena, tal cual como la queremos.
#BastaDeBalas
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