Ir al grano no es tan fácil como
parece, algunas veces el mal uso de las palabras puede arruinar el trabajo,
desvirtuando nuestro contenido.
Conoce
a tus destinatarios: este
es el primer paso para ofrecerle a tu audiencia el contenido que está buscando.
Ser social no cuesta nada, escúchalos e imagina cómo son y qué quieren ver.
El
que persevera alcanza: Ser
constante es cuestión de paciencia, las publicaciones pueden ser semanales o
mensuales, incluso ambos (en caso de un blog), todo depende de tus objetivos.
Tener un calendario de publicaciones, te ayudará a no “abandonar el barco” y a
que no dejes abandonada a tu audiencia; además podrás balancear el contenido.
Crea
una voz de marca: El
tono en el que vas a redactar, debe ser siempre el mismo, basado en la
personalidad de la marca. Esto hará que tengas un estilo propio.
Contenido
original: Buscar
inspiración en otras fuentes está permitido, sin embargo el “copy - paste” está
prohibido, es por eso que debes generar tu propio contenido, en caso contrario
nunca olvides citar la fuente.
Ser
Simple: El lenguaje
técnico resulta aburrido para algunas audiencias, por eso no es tan necesario,
debemos servir de “puente” entre quienes conocen de la materia y quienes se están
interesando en un tema en especifico.
Ir
al grano: conciso,
preciso y directo, estas deben ser las características de aquello que escribas.
Breve,
por favor: se claro y
divide el texto en partes –si es muy extenso- para darle aire y descanso a la
vista del lector.
Respeta
las normas de ortografía:
apóyate en el auto corrector de Word si
tienes dudas, busca un diccionario y lee varias veces tu texto.