El ser: un conjunto complejo de partes dispuestas a la vida y
que forman a una persona. Desde tiempos remotos, centenares de personas se han
planteado ¿De qué estamos hecho? Y múltiples han sido las respuestas; sin
embargo, dispongo estas humildes líneas a concretar –bajo mis criterios- lo que
posiblemente seamos.
Cuerpo y Alma, eso somos; las almas de los puramente
animales, por no existir más que para su cuerpo o principio material, se ven
limitadas a existir hasta la existencia del cuerpo que formaba parte de ellos.
Por otra parte el alma racional o intelectual que forma parte de aquellos
cuerpos inmateriales o espirituales logrará trascender por sí misma.
Es por eso que evidenciamos en nuestras vidas la presencia de
personas que no dejan huella en nosotros, porque se nos muestran como seres
meramente animales, olvidando su conexión con el alma racional que se resume en
su única forma sustancial.
Aunque hay que considerar dos clases de facultades o
potencias para desarrollar nuestra trascendencia: primeramente las facultades
orgánicas o corporales a las que pertenecen los sentidos, tanto externos
(vista, oído, etc), como internos (imaginación, memoria, etc.) por otra parte
están las facultades inorgánicas o espirituales, las cuales se apoyan sólo en
el alma, aunque se ayuden del cuerpo para su estímulo en la operación.
El hombre no es sólo materia, también es esencia, esta última
condición es la que nos hace inmortales, resultado último de una existencia
llena de raciocinio y reconocimiento espiritual que nos permitirá ocupar mayor
espacio en la mente de un gran número de personas, quienes nos apreciarán por
el enriquecimiento interno que le podamos ofrecer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario