Pocas personas respetan el esfuerzo que
implica capturar una buena imagen y por eso muchas veces hacen click con el
botón derecho del mouse copiando y pegando, olvidando los derechos de autor.
Esa acción se ha convertido en el argumento más usado por los fotógrafos
experimentados quienes ven con malos ojos la publicación constante de
portafolios por las redes sociales.
Con la llegada de Facebook, Twitter, Flickr y
algunas aplicaciones como Instagram, se ha potenciado el robo de imágenes, la
violación a los derechos de autor e incluso ha disminuido el respeto a la
creación de imágenes. Algunos “Dibujantes con Luz” creen que el compartir
imágenes por esos medios incrementa radicalmente el uso inadecuado de las
mismas, otros temores que consideran es que algunas redes sociales como
Facebook les dé un uso comercial a las gráficas sin su permiso. Por eso
recomiendan considerar el gran riesgo que representa sumarse al mundo 2.0.
Ni tan calvo
ni con dos pelucas
Como Richard Kelly, presidente de ASMP —American
Society of Media Photographers— anunció, “La acción más segura que se puede
considerar es colocar sus fotos en una caja blanca en su oficina y nunca
mostrarlas a nadie. Pero esa no es la razón de ser de un fotógrafo. Debe
existir un balance entre la protección y las ganas de compartir tus imágenes al
mundo”. Nuevamente el debate se enciende, ¿Compartir o no compartir? Ese es el
dilema.
Algunas Recomendaciones:
- Siempre lee los términos del servicio antes de subir tus imágenes y compartir otros contenidos.
- Considera el uso de marca de agua en tus imágenes, es una elección antiestética pero reduce el uso inadecuado de tus imágenes
- Configura los tamaños a la web.
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