todo el mundo me observa...

todo el mundo me observa...
pero en realidad yo observo a todo el mundo!!!

viernes, 11 de marzo de 2011

A tí mi amada Eleonora!

No es para menos que te dedico estas líneas, aunque lo he experimentado antes; este momento de soledad que apenas puedo saborear te lo ofrezco con el pasar de los segundos. Cual amor del maestro Edgar Allan Poe, tú eres mi Eleonora. Gracias a la providencia no somos parientes, pues eso en esta sociedad está mal visto.

Recuerdo el día en que te ví por primera vez, fue en un lugar que poco tenía de encantador, sin embargo tú eras la tonalidad diferida en esa aburrida gama de colores. Un mar de personas nos rodeaban, aun así pudimos fijarnos el uno en el otro, pues sabíamos que íbamos contra la corriente tú con tus sueños yo con mis acciones, aquí y allá entre mirada y mirada, el destino nos unió en cuatro paredes junto a varios pupitres.

De a poco nos fuimos conociendo, la distancia se hizo cada vez más corta, en nuestros inicios las palabras eran de rutina, aunque las mías algo temblorosas debo admitir, los días transcurrieron y aunque era mínimo lo que entendía en clases, logré conocerte para luego respirar un poco del aire delirante que causa la dicha de saber que al fin encontré a esa persona que tanto esperaba. Cual animal ansioso por ser domesticado me mostré, esperaba con ansias cada instante para el reencuentro en aquella sombría y nada inspiradora aula de clases, que sólo con tu presencia cambiaba de color.

La belleza de mi Eleonora estaba encerrada en sus aires de ingenuidad, se mostraba como una doncella natural e inocente, como la breve pero constante brisa del mar que va y viene en las costas orientales. Su tono de voz adormecía mis pensamiento dejándolos atónitos pendiente de cada palabra que su boca pronunciaba, su cabello era cambiante de tonalidades castañas, su piel suave y blanca era digna de admiración, su tamaño era el de una pequeña muñequita de porcelana a la que debía proteger.

Debo admitir que soy un ser amante de la soledad, de lo contrario aun podríamos estar compartiendo momentos memorables. Espero tener una segunda existencia en el universo para darme la oportunidad de mantener una relación contigo pero, aun así me permito, en este momento, recordar el sentimiento que antes sentí cuando estabas a mi lado y cada vez que escucho soplar la brisa del mar te pienso, para no dejar en el olvido tan grato momento vivido.

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