Tu Perfume

Ya no es un secreto, lo he dicho a los cuatro vientos, delante de los siete mares y por las cuatro coordenadas, tu perfume es la razón y lo sabes, sin embargo hay que reconocer que es tu encanto el que durante mucho tiempo centró mi atención sin olvidar aquello que me enloquece; tu silencio es el que me atrapa y son tus pensamientos los que definitivamente deseo conocer.

Dulce y misteriosa, así te muestras tras un sigilo sereno pero abrumador que perturba mi pensar, descifrar lo que maquinas me resulta confuso e interesante, no por ello, este atributo, resulta menos atractivo que cualquier otro; el negro es tu color, te llena de elegancia mientras deja mostrar una personalidad apaciguada pero llena de frescura. En aquel lugar donde las personas aturden con su presencia, te muestras bajo un encanto místico bajo la luz de la luna, tu sonrisa es hermosa, no importa el brillo de las luces, la expresión de tu felicidad brillará aún más que el sol.

Debo confesar que muchos de mis sueños han sido terroríficamente perturbados por las visiones de tu silencio, cuanto más angustiosamente lucho por no pensar en ti, más intenso y vivo se tornan mis ideas sobre tu belleza, atónitos mis sentidos están tras el conocimiento de tu existencia. Me haces reflexionar largas, infatigables horas con la atención fija en tu deslumbrante personalidad.

Es tu voz el secreto mejor guardado, que cualquier mortal moriría por descubrir y que logra adormecer mis pensamientos, dejándolos fascinados ante cada palabra pronunciada y que el viento ha de acompañar. Algunos aseguran que cuando un misterio es demasiado impresionante, es imposible obedecer razón alguna y por eso me permito romper las reglas de lo establecido con el fin de estar a tu lado disfrutando cada segundo de tu compañía, pero cuando la distancia se interpone en nuestro camino, es el recuerdo de aquel aroma dulce como la miel, que trae a mi mente el retrato de alguien tan especial como una constelación de estrellas en una noche oscura.

A ti, mi adorada Carly