Hace un tiempo atrás (ni tan
atrás) inicié un interesante camino que me llevó a descubrir al conjunto de
técnicas y estrategias que usamos para dar a conocer un bien o servicio y que
engloba al mágico mundo de la mercadotecnia; sí hace un tiempo atrás decidí
estudiar Publicidad.
Con el pasar de los días los
conocimientos se fueron ampliando, hasta llegar al controversial fundamento de
la Publicidad Subliminal; ¿Será un mito? ¿De verdad garantiza la acción de
compra? El debate aun continúa y es por eso que en esta oportunidad me dispongo
a escribir sobre tan misterioso tema.

Antes de continuar mostrando
cierta información recopilada de la red de redes, debo destacar que un consenso
casi total entre psicólogos e investigadores llegó a la conclusión que “los
mensajes subliminales no producen un efecto poderoso ni duradero en el
comportamiento”.
Es que eso de hacer publicidad
subliminal es muy complicado fíjense, el estudio de la percepción subliminal empezó
a llamar la atención del público a finales de la década de 1950. En 1957, James
Vicary, publicitario estadounidense, demostró el taquistoscopio, máquina que
servía para proyectar en una pantalla mensajes invisibles que pueden ser
captados por el subconsciente. Durante la proyección de una película aparecían
fotogramas con el siguiente mensaje: "¿Tienes hambre?, come palomitas.
¿Tienes sed?, bebe coca-cola". Según Vicary el resultado fue asombroso:
las ventas se dispararon.

Sin embargo, más adelante Vicary realizó
una gran revelación, su empresa atravesaba graves problemas económicos. En
1962, el autor reconoció públicamente que se habían manipulado los resultados:
“Yo tenía una buena idea para vender: usar los espacios de las películas para introducir mensajes comerciales sin tener que interrumpirlas. Era sólo un truco que no sabíamos si funcionaría, pero la prensa filtró el borrador de un estudio que tenía unos pocos datos que no eran significativos…”
Pero la historia no termina en
ese momento, el último y más grande de todos los análisis científicos de esta
teoría fue el meta análisis de C. Trappery en 1996 e incluyó los resultados de
veintitrés experimentos diferentes. Ninguno probó que los mensajes subliminales
causen efecto de comportamiento compulsivo. Tampoco se han probado sus
presuntas bondades en métodos para aprender idiomas o bajar de peso (creerías
que sería fácil).
Sin embargo algunos profesionales
de la psique, mantienen las esperanzas y la teoría que hace saber la capacidad
que posee el ser humano para responder a estímulos de los cuales no es
conciente; Fuhrer y Eriksen consideran que aún en las condiciones empobrecidas
de estimulación en las que se desarrolla los experimentos subliminales, los sujetos
perciben conscientemente porciones del material estímulo las cuales determinan
sus respuestas en tales experimentos.

Un poquito de historia por favor.
Durante los famosos 60´s numerosas
bandas de rock emplearon el principio de ocultar información simbólica o verbal
en sus canciones para actuar sobre el inconsciente de la masa de fans estimulando
energías reprimidas con el fin último de incrementar las ventas de sus discos.
Una de las bandas que –dicen-
empleó más este truco fue The Beatles. Por ejemplo en la canción titulada
Revolution Number One, la grabación normal comienza con la frase : "number
9" repetida más de 10 veces, y al colocar la cinta al revés se escucha:
"Turn me on dead man"(Excítame hombre muerto).
En el cine se usa la técnica de
imágenes estroboscópicas o fotogramas insertados en la secuencia del filme, que
trabajan sobre los impulsos primarios provocando sensaciones como las
mencionadas anteriormente. Por ejemplo Alfred Hitchcock usó palabras
subliminales tales como: sangre, cuchillo y asesinato en la primera versión de
la película "Psicosis" con el propósito de aumentar el temor en la
audiencia.
La discusión sigue en pie,
expertos afirman y desmienten la práctica de los mensajes subliminales que inciten
a acciones de compra o cambio de hábitos en el subconsciente del ser humano; curiosamente
al leer, analizar y escribir sobre este tema me vino a la mente aquello de: “el
ser humano sólo usa el 10% de su cerebro” así que no creo que nos sirva de
mucho, lo subliminal va más allá de nuestras capacidades, nuestro cerebro se
ocupa y preocupa por tantas cosas que no debe tener tiempo para lo imperceptible.
Pd: si luego de leer este post te
dan ganas de tomar coca-cola, no es mi culpa, no inserté ningún mensaje
subliminal!