5 minutos Oligarca.

Los voceros de la contra revolución, retumban en Venezuela como el cuervo maldito en la novela de Edgar Allan Poe, y dicen todos los días a la gente poco informada, a la gente ignorante, lo que deben pensar o lo que deben creer, lo peor del asunto es que los ignorantes, cuales ciegos, les creen. Se aproxima una guerra al país, ya lo declaró el máximo mandatario nacional, La guerra del conocimiento, donde se debe ganar la mente del ser humano para, que de una vez, quede convencido de que el socialismo es la mejor opción.

Para nadie es un secreto, existe el bien y el mal, el color negro y el blanco, y que el capitalismo constituye una injusticia: explota a los trabajadores, los degrada, transformándolos en máquinas o bestias, y permite a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hunden en la miseria. Por el contrario, el socialismo defiende un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se opone frontalmente a los principios del latifundio. Aunque el objetivo final de los socialistas es establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo.

Un venezolano promedio, profesional, de clase media, A final de mes debe, en nuestros tiempos, conseguir a quien pedirle “fiao” para comprar la lata de leche al hijo, esto no es pasado, aun se aprecia entre los venezolanos, y resulta muy frustrante. Es divertido escuchar declaraciones de alguien que vivió esta realidad pero que, al parecer, olvidó la continuidad de esta situación en esos profesionales.

-En cada patio de cada casa podría haber un estanque, te aseguro que de tenerlo no saldrás de tu casa para trabajar-. Y los niños tampoco estudiarían, ¿para qué? Si ya saben ganarse el pan en el patio de su casa siendo empíricos por naturaleza, te dedicas a tu criadero de peces, gallos, pollos y si tienes más espacio tu propio conuco, esa debe ser la actitud. Acuicultores todos despertad que la revolución llegó.

En este mundo retorcido y loco, al parecer, todavía hay gente creyente de que los reyes son dioses. O en su defecto piensan que la ciudad prometida es Caracas y el dios, todo poderoso, es Chávez o en su defecto Dios-dado.