todo el mundo me observa...

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pero en realidad yo observo a todo el mundo!!!

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Resistir o declinar, ese es el dilema



Algunos días resulta muy claro cómo podemos mejorar la calidad de nuestra vida y nos encontramos dispuestos a hacer lo que sea necesario. Es durante estos momentos que nos inscribimos en un gimnasio, realizamos nuestra lista de quehaceres, o programamos tiempo en las noches para hacer algo productivo cómo es posible que pasemos de estos momentos de determinación y fuerza de voluntad a membresías de gimnasio que nunca se realizan, comida saludable pudriéndose en la nevera, listas de quehaceres sin completar y noches adormitados frente a la televisión.

El cambio es un proceso que requiere mucha resistencia. Ver lo que necesitamos cambiar es la primera parte de ese proceso. La segunda es comprometernos con ese cambio. Durante este tiempo que recibimos un estímulo de energía inicial, nos sentimos con la facultad, vemos todo lo que somos capaces de hacer y nos sentimos en la cima del mundo.

La tercera parte del proceso es la gran prueba. Y es desafortunadamente allí donde la mayoría de nosotros se rinde. Para que el cambio sea real, tenemos que ser probados. Si nos apegamos al cambio en los momentos en que no queremos hacerlo, es cuando la verdadera transformación ocurre. Pasa cuando realmente queremos dormir, pero en lugar de hacerlo nos levantamos y vamos al gimnasio o cuando sentimos la procrastinación pero decidimos realizar otra cosa de la lista de quehaceres. Estos son los momentos en los que la energía que sentiste al comienzo regrasará a ti incluso más fuerte de lo que era antes.


Con cada obstáculo que decides vencer, invitarás más alegría a tu vida. Los grandes logros nacen a partir del esfuerzo, de resistencia. Es en los momentos en que más queremos rendirnos que podemos manifestar milagros en nuestras vidas. Simplemente debemos resistir.


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